lunes, 16 de abril de 2012

La crisis también deja huella en nuestra dentadura.


Dolores de cabeza al despertar, daños en la mandíbula, dolor de oídos, problemas en la alineación y mal estado de la dentadura… Todos son consecuencias del bruxismo, una dolencia muy común y que en los últimos años se ha extendido entre la población adulta por motivos que nada tienen que ver con la propia salud bucal. 

Según explica el Dr. Antoni Arcas, responsable del Servicio de Cirugía Maxilofacial, Implantología y Estética Facial de USP Dexeus: “las causas del bruxismo son muchas pero en los últimos tiempos han aumentado los casos producidos por el modo en que las personas adultas asimilamos y exteriorizamos la tensión; es decir, el estrés que produce la situación de crisis, la pérdida de empleo o el miedo y la inseguridad ante la situación económica actual”. 

Estos pacientes llegan a la consulta con una serie de síntomas típicos: malestar al intentar cerrar la boca, dolores de cabeza, marcas de dientes en la lengua y daños en la parte interior de las mejillas, mal aliento o desgaste en el esmalte (incluso, en casos más graves, algunas piezas dentales, debilitadas, están flojas y llegan a desprenderse). 

Los casos de bruxismo, en estos últimos años, vienen acompañados generalmente por problemas de insomnio: “Muchos pacientes sufren de insomnio psicofisiológico producido por la ansiedad”. – apunta el Dr. Arcas. “El estrés durante el día condiciona por la noche la aparición de pesadillas, así como del propio bruxismo. También encontramos cada vez más pacientes que empiezan a tener este tipo de problemas por el cambio brusco de hábitos debido a la pérdida de empleo, que trastoca su rutina del sueño”. 

Existen dos grandes tipos de bruxismo: el céntrico, generalmente diurno, que produce menor desgaste dentario pero mayor afectación muscular; y el excéntrico, que se produce durante la noche y en el que la persona aprieta los dientes a la vez que los mueve, produciendo un gran desgaste dentario. 

Para el experto en cirugía máxilofacial de USP Dexeus, la clave está en “prevenir para minimizar sus efectos, lo cual implica hacer un diagnóstico adecuado. Si el paciente sufre de bruxismo durante el día, es importante enseñar al paciente que su situación, su estrés, le está haciendo apretar los dientes sin darse cuenta. Debe verlo para ir perdiendo ese hábito que acabará ocasionándole problemas no sólo a su dentadura”. A este tipo de tratamiento se le denomina de “autofeedback”. En el caso de bruxismo nocturno, se recomienda el uso de férulas de descarga. “Se trata de un aparato de resina rígido, ajustado perfectamente a los dientes del paciente, que evita el desgaste de los dientes y disminuye la sobrecarga muscular”. 

En estados más avanzados, se puede requerir de artroscopias que reparen posibles daños en la articulación, y en menor medida, de cirugía abierta de corrección de las alteraciones de la articulación. Debido a que la patología puede venir causada por múltiples factores, a menudo es recomendable un tratamiento multidisciplinar compuesto por diversos profesionales: odontólogo, ortodoncista, fisioterapeuta, psicólogo y cirujano maxilofacial que trabajarán en equipo e individualizarán el tratamiento en cada caso. 

Para el tratamiento del bruxismo, es importante tanto el abordaje multidisciplinar como concienciar al paciente ya que “el bruxismo es más un síntoma que una enfermedad, y refleja un estado de ansiedad importante. Además del tratamiento con férula, el paciente ha de ser consciente que debe cambiar sus hábitos y su estilo de vida.”

Fuente: Noticas Médicas

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